par Lamas Delgado, Eduardo
Référence III Simposio Internacional de Estudios Inquisitoriales : nuevas fronteras (10-11-12/06/2015: Alcalá de Henares)
Publication Non publié, s.d.
Communication à un colloque
Résumé : El Inquisidor general constituye una de las principales figuras del poder representado por la Santa Inquisición en la Monarquía hispánica. Sin embargo, son rarísimos los ejemplos conocidos y conservados de la representación de estos personajes, claves en la vida política y cortesana de los siglos XVI y XVII. Como señala Kimberly Lynn en su reciente estudio monográfico sobre la figura del Inquisidor en España, tradicionalmente, la atención de los especialistas apenas se ha centrado en el estudio de los inquisidores como individuos. Nuestra comunicación se centrara en la figura del Inquisidor general Diego de Arce y Reinoso (1587-1665), cuyo gobierno abrió un periodo de recuperación del poder político del Tribunal tras la caída de Olivares, clave en la evolución de la institución durante el siglo XVII. En concreto, nos centraremos en el análisis del contexto político e iconográfico de un retrato oficial que ha permanecido inédito hasta ahora. El retrato estuvo destinado en un principio a decorar las salas del Consejo de la Suprema en Madrid como parte de una serie icónica del conjunto de los inquisidores desde la creación del tribunal pero que nunca llego a realizarse. Según demostraremos, el retrato, obra que se debe atribuir al pintor real Francisco Rizi, representa al Inquisidor en el acto de ejecutar sus funciones y constituye por ello la imagen del poder que representaba, la del más alto tribunal de una de las instituciones más poderosas de la Monarquía: la Suprema Inquisición.